Ken Jones, el participante más antiguo de la Maratón de Londres, no falló a la 40ª edición y corrió la carrera de forma virtual desde su ciudad natal Strabane en Co Tyrone, Irlanda del Norte. Jones, de 87 años, ha competido en todos los maratones de Londres desde su inauguración en 1981 y a tenor de sus palabras no tiene intención de dejar de competir en el futuro.
Poco tiene que ver la maratón de Londres actual, uno de los mejores del mundo y casi medio millón de solicitudes en 2019, con la que Jones corrió en 1981. Entonces, su primera vez, fue uno de los 6.255 corredores que completaron la prueba. Y lo hizo con una gran marca, ya que completó los más de 42 kilómetros en 2:55.
Aunque Ken está acostumbrado a correr al aire libre y en condiciones de frío y lluvia, este año el experimentado maratonista reconocía que las condiciones climatológicas habían endurecido la carrera. “Tuvimos lluvia muy intensa hasta las últimas tres millas y tuvimos que cambiarnos de ropa tres veces porque estaban empapados», reconocía Jones, que hace unos días concedía una magnífica entrevista a la revista runnersworld.com.
«La clave del running es que tienes que disfrutarlo»
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Una vida ligada al running
El fondista irlandés comenzó a correr para mantenerse en forma durante su servicio militar hace más de 50 años. Después de seguir algunas carreras, se unió a un club de corredores local, los Orion Harriers, y pronto se convenció de que debía empezar a correr distancias más largas.
El cómo el veterano runner puede seguir corriendo maratones no es un secreto: vida sana y constancia.
Jones se levanta temprano y entrena casi todos los días por las mañanas. Esto le da fuerza para todo el día. También huye de la comida basura, el café y los vicios como el alcohol. “Dejé de beber hace 50 años”, reconoce. Tampoco es de los que se atiborran a carbohidratos los días antes de una gran prueba -una creencia que en RUNFIT también consideramos del todo incorrecta- y asegura que el único secreto del éxito es el trabajo duro y el entrenamiento.
La fatídica carrera de 1986
El irlandés nunca olvidará la maratón de 1986, cuando, después de resbalar con una tapa de alcantarilla, se golpeó la cabeza contra el pavimento y se quedó en un estado de semi-consciencia. “Me metieron en una ambulancia, pero también había otro tipo que había hecho lo mismo que yo. Tenía sangre corriendo por su cara y estaba mucho peor que yo, así que salí del vehículo y seguí adelante”, dice en la entrevista. Al final Jones terminó milagrosamente, pero añade “alguien me dio una pinta de Guinness al final y, por supuesto, eso me noqueó”.
Ken Jones es un ejemplo para todos, runners, deportistas y no deportistas. Un ejemplo de como con constancia, vida sana y tesón puede alcanzarse prácticamente cualquier meta.