Otra semana completada. A medida que se acerca la fecha, el cosquilleo y la mezcla de emoción y nerviosismo son cada vez más palpables. El 26 de noviembre está marcado en rojo en mi calendario, un día que lleva tiempo resonando en mi mente, no solo como un día más, sino como el día del gran desafío: la Maratón de San Sebastián 2023.
El pasado domingo, en uno de esos entrenamientos que parecen eternos y donde cada paso cuenta, logré completar 26 km. Es la distancia más larga que he recorrido desde que participé en la maratón de Miami allá por 2017, superando los 24 kilómetros de hace un par de semanas.
El entrenamiento estuvo bastante bien. Muy largo, pero reconfortante. La verdad que, aunque las tiradas de los domingos son muy exigentes, son los entrenamientos que los runners más disfrutamos. Eso sí, la parte final se hizo bastante dura. Como sabéis los que seguís este mini diario, yo entreno en Málaga. La ciudad puede parecer perfecta para el running y lo es, si entrenas a lo largo del paseo marítimo. El problema es que el resto de la ciudad está en cuesta. ¿Esto que significa? Que los primeros kilómetros son fáciles, de bajada, pero el ´último tercio dele entrenamiento es todo de subida. Y cuando llevas 20 km… se hace duro.
El resto de la semana ha sido especialmente dura. Un dolor de espalda y cuello (del que ya he sufrido en otras ocasiones) que apareció de repente me impidió entrenar el jueves y el viernes. No voy a negarlo, hubo momentos de frustración y dudas. Aunque el malestar persiste, poco a poco voy sintiendo una mejora, y con ello, la esperanza de que pronto volveré a estar al 100%.
La preparación para un maratón es, sin duda, una de las experiencias más intensas y duras. Requiere constancia, esfuerzo y, por qué no decirlo, un poco de locura. Es una montaña rusa de emociones, con altos de satisfacción personal y bajos de cansancio y agotamiento. Y, aunque a veces me pregunto por qué me meto en estos líos, la respuesta siempre es clara: la pasión por correr.
De momento, entrenando con las Asics Nimbus 25 me siento bastante cómodo y satisfecho. Sin duda, noto algunas diferencias con respecto al modelo anterior. Aunque las Nimbus 25 resultan ser un poco más estrechas que las 24, su ajuste y respuesta en cada zancada me hacen sentir que ha sido una buena elección para mis entrenamientos de cara a la maratón. ¡Espero que sigan a la altura durante el resto de la preparación!
En cuanto a la alimentación, sigo intentando ser estricto, pero, ¡ay, esas tentaciones! La dieta es una parte fundamental en la preparación, y aunque intento mantenerme alejado del alcohol y controlar lo que como, a veces es difícil resistirse. Me he propuesto no tomar ni una gota de alcohol hasta después de la maratón. Ya veremos si puedo cumplirlo.
En resumen, con poco más de un mes por delante, siento que estoy en la recta final hacia mi objetivo de correr la Maratón de San Sebastián en menos de 4 horas. Cada entrenamiento, cada kilómetro, me acerca un poco más a San Sebastián y a ese momento mágico de cruzar la línea de meta. Y aunque hay días complicados y retos por superar, la ilusión y la determinación me empujan a seguir adelante.