Si eres un corredor habitual seguro que has oído hablar de otras modalidades tremendamente divertidas como el trail running, una disciplina que deja de lado el asfalto para adentrarnos en caminos imposibles, rutas sembradas de barro y mejores paisajes. En concreto lo que hace es llevar nuestra afición preferida a la montaña, con todas las dificultades pero también todas las ventajas que eso implica. Pero, ¿cómo podemos empezar a practicarlo sin riesgos?
Elige un calzado apropiado
Lo primero que debes saber es que tus queridas zapatillas no te servirán en esta disciplina, sino que tendrás que comprarte unas zapatillas específicas de trail running, preferentemente con tracción trasera si vas a trotar en terrenos muy abruptos y una suela que favorezca el agarre a las superficies resbaladizas a las que te vas a enfrentar.
La resistencia de esta última y el material de los cordones también son un tanto distintos; de hecho esto últimos están fabricados para evitar que la maleza se quede adherida a ellos. Contempla también los refuerzos laterales, el tamaño de los tacos y cuestiones similares. En todo caso, deben resultarte cómodas y adaptarse a tus necesidades (técnica, experiencia, peso y tipo de pisada).
Recuerda secarlas adecuadamente al terminar la actividad y nunca las pongas sobre fuentes de calor directas (unas bolas de papel de periódico, por ejemplo, serán perfectas para acabar con la humedad). Y comprueba que se encuentran en perfecto estado antes de calzártelas de nuevo, un calzado desgastado podría acabar acarreándote lesiones serias.
El equipamiento, clave
Más allá de las deportivas, la elección del resto del equipamiento de trail running también será fundamental, sobre todo porque en la montaña los cambios de temperatura y el clima son más extremos, razón de más para prestarle más atención no solo a tu ropa, sino también a otros complementos.
Deberás vestirte a capas, con prendas transpirables que te dejen sudar pero que te ayuden a mantener el calor. Lo idóneo es escoger una de tirantes o manga corta e ir sumando otra fina, y un cortavientos que repela el agua. Eso sí, ni se te ocurra comprarte un impermeable al uso, no te dejará “respirar”. Procura que cuenten con bandas reflectantes y, en caso contrario, hazte con unas.
Para competiciones que se alarguen durante la noche también resulta recomendable hacerse con una cinta o casco con linterna LED y algún repuesto; así como con una manta térmica. Si te quedas tirado lo agradecerás tremendamente. No te olvides del protector solar y de las gafas de sol, incluso si empiezas con el día nublado (la incidencia de los rayos UVA es la misma). No descartes tampoco los bastones ni las polainas de montaña.
Mención aparte merecen las mochilas de hidratación, fundamentales durante todo el año, pero especialmente en los meses de más calor. Una buena mochila te permitirá correr liberado y cómodo.
Trabaja las cuestas y el “terreno”
Si estás acostumbrado a correr en asfalto, es recomendable que empieces a probar en otros terrenos como caminos y senderos. Además, la tierra es una superficie más blanda que te permitirá aligerar el impacto de la zancada sobre tus articulaciones y mantenerte alejado de las lesiones. Si vives en una zona urbana y no quieres alejarte demasiado, los parques de grava o similares son una excelente alternativa.
Por supuesto, también tendrás que trabajar las cuestas si no quieres que los desniveles se conviertan en un imposible. Ten en cuenta que, cuando acudas a la montaña y a la competición, esta se encontrará plagada no solo de ellas, sino también de malas hierbas, obstáculos varios, piedras escasamente adheridas al suelo y un largo etcétera que puedes imaginarte.
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Apuesta por la seguridad
A pesar de lo divertido del trail running, no podemos perder de vista que se trata también de una disciplina que conlleva ciertos riesgos, básicamente por el entorno en el que se desarrolla. Para empezar (y sobre todo si lo vas a practicar solo), informa a tus amigos y familia de dónde te encontrarás, y procura escoger entornos que cuenten con conexión a Internet. Será más fácil localizarte en situaciones extremas.
Informarte a priori sobre las dificultades a las que puedes enfrentarte, formarte al respecto, llevar un pequeño botiquín contigo, y depurar tu técnica de carrera también serán básicos. ¿La razón? Que toda esta preparación previa te permitirá sortear las cuestas, obstáculos y pasar sobre los terrenos escarpados sin peligro. Por supuesto, no dejes de acudir al médico para realizarte un chequeo médico antes de comenzar y presta atención a tus sensaciones corporales.