La paella es el plato más típico de la Comunidad Valenciana y probablemenete el más icónico de la gastronomía española. Está caracterizado por su arroz típico, su sabor único y los ingredientes que le dan color al plato, es uno de los manjares más reconocidos de la gastronomía española.
Son muchos los detalles que confieren a la paella un sabor especial. Incluso dentro del territorio español, algunos de ellos tienen valor geográfico. Como ejemplo, muchas de las mejores paellas hechas en la Comunidad Valenciana se hacen no a fuego, sino a leña. Y no con una leña cualquiera, sino con la derivada de los naranjos que abundan en esa tierra. Esta se caracteriza por su densidad y porque reacciona de forma excepcional ante el calor; por lo tanto, es muy difícil que transfiera la quemazón a la paella.
Aparte de la leña (casi todos haremos la paella en un fuego o vitrocerámica), sí hay una serie de consejos para hacer una paella de gran calidad independientemente del lugar de su elaboración:
EL ARROZ
El ingrediente principal. Se pueden usar muchos tipos de arroces, pero nosotros recomendamos el arroz bomba DO Valencia. No hay mucho mñas que añadir.
Ingredientes
No todo es el arroz al confeccionar la paella. Es importante saber escoger bien los ingredientes.
La carne y cómo freírla. El pollo y el conejo son las dos elecciones más habituales, debido a que son bajas en grasas y fáciles de cortar en trozos para dispersar por la paella. No hay que olvidar que, si bien el protagonista del plato es el arroz, la carne aporta una calidad de sabor indispensable para el producto final.
Añadir la verdura es otro consejo básico para confeccionar una paella de primer nivel. Las judías, tanto las verdes como las blancas, son fundamentales. Ambas dan sabor al plato, especialmente al arroz. Las verdes además son bajas en calorías y de alto carácter nutritivo. Las blancas son más intensas y gruesas, lo cual supone el contraste idóneo para el comensal.
El marisco. Importante que el marisco sea bueno, aunque no importa demasiado si es congelado. Puedes añadir lo que te apetezca, calamares, gambas, mejillones, chirlas…
El agua
Calibrar el agua que se utiliza en la realización de la paella. Hay que tener cuidado con que esta no quede excesivamente seca, ya que entonces el sabor del plato brillará por su ausencia. Es fundamental que el agua hierva lentamente junto al resto de ingredientes. Asimismo, hay que evitar añadirle cualquier tipo de colorante (este se añadirá al arroz, pero no al agua) o elemento adicional si lo que se pretende obtener es una paella de calidad.
Hervir el arroz de forma correcta es el paso definitivo para obtener la paella deseada. Para ello es primordial vigilar el punto del fuego. Es recomendable utilizar un soporte especial para no apoyar directamente el caldero sobre ella. Una vez dado este paso, el tiempo de cocción y cómo gestionar el fuego dará un extra o no al arroz. Es muy importante que el caldo del arroz esté muy caliente, por lo que es recomendable mantener el fuego fuerte durante los primeros cinco minutos.
>La medida debe ser el doble de agua que de arroz
La relación agua-arroz debe ser la del doble de agua por gramo de arroz (200 ml de agua por 100 gramos de arroz). El objetivo de dejarlo entre cinco a un máximo de siete minutos es que el fuego se propague por toda la paella de forma uniforme para que quede todo bien hecho. Una vez que se ha hecho bien, es buena idea bajar el fuego durante 10 minutos, ya que el líquido se habrá evaporado casi por completo y el arroz quedará a plena vista. Hay que fijarse en si en el centro y en el perímetro de la paella se ha hecho bien el arroz, pues son los puntos de una cocción más complicada.
Parte final
En la parte final de la cocción es aconsejable subir el fuego durante dos minutos y añadirle un último riego de agua o caldo. Ya se habrá consumido casi todo el agua o caldo resultante, por lo que es buena opción echar una última tacita hasta que el grano quede bien hecho, especialmente por fuera, pero todavía esté entero en su interior.
Hacer una paella es algo asequible, pero la diferencia entre seguir los consejos adecuados y realizar un plato que sea del gusto de todos los comensales marcará la diferencia.