Vaya, cómo vuela el tiempo. Menos de 2 meses para el 26 de noviembre y, la verdad, estoy que me subo por las paredes de la emoción. ¡La Maratón de San Sebastián espera y voy con todo!
La última semana de entrenamiento (recuerdo que mis semanas empiezan el jueves, ya que el miércoles es mi día de descanso) ha tenido saber agridulce. Buenos ritmos, pero con menos kilómetros de los debidos. Actualmente, sigo teniendo como objetivo completar alrededor de unos 60 km semanales, que parece mucho, pero es lo mínimo en la preparación de una maratón.
La semana empezó bien, con muy buenas sensaciones. El jueves, en la sesión de fuerza, completé 12,7 km a ritmo de maratón (imagen principal) y no acabé muerto. Viernes, de recuperación como siempre. Y el finde… sin poder correr.
El fin de semana me fui de escapada a Oporto y muy bonita y bohemia… pero horrible para preparar una maratón. Ahora en serio es una ciudad increíble. Sus calles, la ribera del Duero, esas bodegas de vino… Pero, para un runner es un auténtico desafío. ¡Madre mía qué cuestas! No es que no quisiera entrenar, es que entre subida y bajada, mis piernas pedían tregua. Si eres runner y vas a Oporto, prepárate para un entrenamiento de montaña sin montaña.
Ya de vuelta, el lunes tuvimos otro día de carrera suave y el martes sesión de series (4×1200): Esta vez las entrené en exterior en lugar de en cinta y la verdad que es una sensación muchísimo más placentera.
Además de esto, estoy poniendo más cuidado en lo que como, intentando reducir el consumo de alcohol y, aunque cueste, yéndome a la cama más temprano. ¡Hay que estar en forma para el gran día!
Así que ya sabéis, entre cuestas, sesiones de velocidad y la emoción del día a día, sigo con la mirada puesta en San Sebastián. Y aunque a veces flaqueen las fuerzas, las ganas no me las quita nadie. Esperamos poder venir con buenas noticias la semana que viene. ¡Seguimos!
Resumen entrenamiento Maratón de San Sebastián
Estadísticas récord hasta el momento en la preparación de este objetivo: