El running es uno de los deportes que más se practican en el mundo. Para realizarlo no necesitamos un gran equipamiento, nos ayuda a mantenernos en forma rápidamente y es muy beneficioso para nuestro cuerpo. Lo habitual es practicarlo sobre tierra o asfalto, pero también puede hacerse dentro del agua. Así nace la modalidad del aquarunning, o dicho de otra manera, entrenar en el agua de una forma eficaz y sencilla.
Los beneficios de correr en el agua
Al ser un entrenamiento suave, el aquarunning es una técnica fantástica para tratar las posibles lesiones que hayamos podido sufrir mientras corríamos por el asfalto. Este método ofrece un gran número de beneficios para nuestro cuerpo y mejorará principalmente nuestro sistema cardiovascular y el muscular.
Es un tipo de entrenamiento perfecto para llevar a cabo ejercicios de rehabilitación. La mayoría de los movimientos que se realizan en el aquarunning no suelen ser bruscos ni agresivos y además nos ayudaremos de las facilidades que nos ofrece el entorno en el que nos ejercitamos. El agua es un soporte ideal para llevar a cabo este tipo de actividad, el cuerpo pesa menos y podemos trabajar de forma específica la movilidad de las articulaciones y los músculos. Principalmente los ejercicios que vamos a llevar a cabo se basarán en los movimientos que realizamos mientras corremos, como los que usamos en un entrenamiento para la media maratón. Pero en este caso hacerlos dentro del agua será mucho más ventajoso porque estaremos trabajando todas las zonas de nuestro cuerpo e incidiremos en los movimientos específicos del running sin sufrir el impacto que se producen cuando corremos sobre el asfalto u otro tipo de terreno.
Así mismo, fortalecemos nuestros músculos, haciendo especial hincapié en aquellos que tenemos más débiles debido a las lesiones que presentamos. Lo ideal para que estos ejercicios nos den un resultado óptimo es que los llevemos a cabo sin tocar el fondo de la piscina, así nos mantendremos erguidos y a la vez estaremos estirando las extremidades inferiores. El agua es un medio que nos aporta mucha más resistencia que la tierra, por lo que nos ayudaremos de esta característica para trabajar la fuerza de los músculos de una forma más sencilla.
Por otro lado, entrenar en el agua es una técnica estupenda como entrenamiento cardiovascular y sobre todo gracias a los ejercicios que realicemos en el agua estaremos preparando mucho más nuestro cuerpo para las actividades futuras, con lo que evitaremos el riesgo de lesiones. Con el aquarunning los músculos trabajan todos a la vez y de manera paralela, así no padeceremos sobrecarga ni tampoco estrés muscular.
¿Qué es el aquarunning?
El aquarunning surgió en Estados Unidos, pero pronto llegaría a Europa con gran éxito de aceptación debido a que es una práctica excelente para tratar lesiones. Se trata de un sistema de entrenamiento que conlleva realizar ejercicios poco agresivos dentro del agua, siendo un método para mantenernos en forma y mejorar el funcionamiento de nuestros músculos. Tal y como su nombre indica, esta técnica combina actividades propias de la natación con ejercicios específicos para los corredores. Gracias a este entrenamiento podemos afirmar que también se puede practicar running dentro del agua.
Este tipo de entrenamiento incluye movimientos que cualquier persona puede realizar con facilidad, dado que no hay que olvidar que se utiliza principalmente como tratamiento de lesiones musculares. Por otro lado, hay que añadir que el agua es un excelente medio para llevarlos a cabo, puesto que dentro de ella tenemos la sensación de que nuestro peso corporal disminuye.
Una técnica adecuada
Aunque este método de entrenamiento no conlleva ejercicios peligrosos y como ocurre con cualquier método deportivo para practicarlo de una forma correcta debemos atender a las diferentes técnicas que se recomiendan para obtener los mejores resultados. Lo primero que hay que tener en cuenta es que siempre que realicemos aquarunning tendremos que permanecer en una posición erguida. En el momento en el que hagas un movimiento tu cuerpo tenderá a inclinarse hacia adelante. Intenta que esta inclinación sea la mínima posible y siempre que puedas mantén el tronco recto. Respecto a los hombros, lo ideal es que los tengas siempre a la altura del agua y si puedes sácalos un poco fuera de ella. En cualquier caso, es fundamental que los tengas relajados para evitar tensiones musculares.
La práctica del aquarunning se realiza sin tocar el fondo de la piscina. Así podrás estirar las piernas mucho más, aunque la cadera y las rodillas deberán estar ligeramente flexionadas para poder realizar los movimientos de forma correcta. Al igual que ocurre con el running, en el agua también debemos controlar muy bien la respiración. Mide los tiempos, y relájate todo lo que puedas. Por supuesto, evita cualquier movimiento brusco y si notas molestias en algún momento del entrenamiento para el ejercicio rápidamente. Finalmente, las actividades tendrás que realizarlas llevando el glúteo un poco hacia atrás y balanceando los brazos continuamente.
Sesión de entrenamiento
En cualquier entrenamiento de running el primer paso que se lleva a cabo es el calentamiento y con el ejercicio en el agua debes hacer lo mismo. Lo normal es realizar movimientos suaves sobre el agua durante cinco o diez minutos para luego pasar a la sesión principal. Puedes comenzar haciendo unos largos en la piscina y posteriormente incluir ejercicios con un poco más de intensidad donde limites las técnicas de carrera dentro del agua. Levantar rodillas varias veces, realizar zancadas largas, caminar sobre el propio sitio… son algunos de los movimientos que puedes llevar a cabo. Si eres novato en esto del aquarunning te recomendamos que empieces por una sesión de entre 30 y 40 minutos y poco a poco vayas aumentado la duración de la misma hasta llegar a una hora como mínimo.
Una vez que has terminado tu sesión no olvides realizar los estiramientos. También tendrás que hacerlos dentro del agua y esta es una parte fundamental para evitar que tu lesión empeore o sufrir otras nuevas. Para ello puedes agarrarte al borde de la piscina y mover las piernas de izquierda a derecha haciendo varias repeticiones. Otro de los ejercicios más comunes es flexionar las rodillas hasta formar un ángulo de 90 grados con el cuerpo y mover la pierna hacia delante y hacia atrás varias veces. Recuerda que entrenar en el agua es un buen tratamiento para superar lesiones y mantener nuestro cuerpo en forma, así que no dudes en sacarle provecho.