El amanecer en Málaga siempre ha tenido algo mágico, pero el domingo 29 de octubre, con luna de sangre y eclipse parcial, fue especial, daba la impresión que nuestro satélite estaba a escasos pocos kilómetros de la tierra. Una belleza casi imposible de captar con las cámaras de móvil actuales, pero que vaticinaba un gran día para correr la Media maratón de Málaga.
En el siguiente vídeo mi entrada en Meta abriendo los brazos:
La del domingo 29 fue una mañana fresca, teniendo en cuenta, claro, que estamos en Málaga: unos 16 grados a las 7 de la mañana. Tuvimos suerte los que participamos en la Media maratón de Málaga del cambio de hora, ya que eso nos permitió dormir una hora más y disfrutar del sol una hora antes.
A pesar del fresco inicial y normal por estas fechas, poco se puede objetar del tiempo que tuvimos durante la carrera. Una mañana casi sin nubes y con una temperatura en torno a los 20 grados. Espectacular.
Organización de la carrera
La organización de la carrera en la salida estuvo bien, sin más. Faltaron baños portátiles y de mejor calidad. He visto baños portátiles donde al menos te puedes lavar las manos, en los que puso la organización nada de nada. Tampoco era fácil encontrar a las liebres, que la organización prometía durante toda la carrera. Solo vi a la liebre de 1:50:00, pero ni rastro de las demás. Y los cajones eran pequeños para tanta gente. Los puestos de avituallamiento correctos, aunque no hubiera estado de más ofrecer algún suplemento de carbohidratos.
El recorrido, eso sí, espectacular. Desde el Estadio Ciudad de Málaga se corre hasta el otro extremo del paseo marítimo, ya pasada la playa de la Malagueta. Un recorrido totalmente plano y precioso, a orillas del mar mediterráneo.
Mi Media Maratón de Málaga 2023
La carrera estuvo muy bien para mí. El objetivo era bajar de 2 horas y acabar en aproximadamente 1:57:00. Eso haría una media de 5:35 minutos por kilómetro, que es la media fijada para correr la Maratón de San Sebastián 2023 que tendrá lugar el 26 de noviembre y que es el objetivo real de esta preparación.
Los primeros 5 kilómetros fueron tranquilos, con demasiada gente tratando de ganar posiciones por donde fuera. Las sensaciones normales, la verdad se me hicieron algo pesados. Hay que tener en cuenta que la última semana no he podido entrenar como me gustaría, debido a unas molestísimas ampollas en casi todos los dedos de los pies.
En el segundo parcial (entre los kilómetros 5 y 10) me fui encontrando algo mejor. Tenía energías y sentía que aún podía dar más. Tome algo de agua en el segundo avituallamiento y empecé a acelerar el ritmo según nos acercábamos a las inmediaciones del Muelle 1.
Y a partir del kilómetro 10 es cuando realmente empecé a sentirme verdaderamente bien. Tenía energías de sobra y comencé a incrementar la velocidad. En este punto la motivación y ánimo es grande porque mientras que otros empiezan a perder fuerzas, tu comienzas a adelantar a otros participantes y eso, quieras que no, siempre da un puntito extra de satisfacción.
Del kilómetro 15 hasta el final fueron mis mejores momentos. Apreté el acelerador y me disparé hasta hacer tiempos a menos de 5 minutos por kilómetro. Sin duda, la cercanía de la meta y el reto de completar la mejor media maratón de mi vida me impulsaron en este último tramo. Además, en el kilómetro 18 tuve apoyo extra, que sin duda me dio un importante último impulso.
Cuando crucé la línea meta, supe que había hecho un gran tiempo y aunque estaba feliz por lo conseguido, se te viene a la mente el siguiente pensamiento “Y la maratón va a ser volver a correr esto… otra vez”. Tengo que decir que tampoco acabé exhausto, de hecho podría haber hecho un tiempo algo mejor, pero, como digo, el reto está en el 26 de noviembre. Esto era la Copa del Rey, pero nosotros jugamos para ganar la Champions.