La dieta mediterránea ha sido durante mucho tiempo un pilar de la salud y el bienestar, especialmente en las regiones donde se originó. Sin embargo, un nuevo estudio, liderado conjuntamente por La Universidad Autónoma de Madrid y Harvard T.H. Chan School of Public Health, nos brinda una visión renovada y amplia sobre cómo este estilo de vida, más allá de la dieta, puede impactar positivamente nuestra salud, incluso fuera de su región de origen.
Preparación del Estudio
La investigación se centró en evaluar los hábitos de 110.799 personas en Reino Unido, con edades entre 40 y 75 años. Utilizando el índice MEDLIFE, que analiza la adhesión al estilo de vida mediterráneo, los investigadores examinaron tres categorías clave: consumo de alimentos mediterráneos, hábitos dietéticos mediterráneos y actividad física, descanso y hábitos sociales.
Resultado
Nueve años después de recopilar la información inicial, el equipo investigador analizó los desenlaces de salud de los participantes. Descubrieron que aquellos con puntuaciones MEDLIFE más altas tenían un 29% menos de riesgo de mortalidad por cualquier causa y un 28% menos de riesgo de mortalidad por cáncer en comparación con los que tenían puntuaciones más bajas.
Los que mejores notas obtenían en vida mediterránea tenían un 29% menos de riesgo de mortalidad y un 28% menos de riesgo de morir por cáncer
El Verdadero Valor de un Estilo de Vida Mediterráneo
Aunque es evidente que los alimentos que comemos juegan un papel crucial en nuestra salud, este estudio destaca la importancia de un enfoque más holístico. Los aspectos relacionados con el descanso adecuado, la actividad física y la socialización también demostraron ser fundamentales para lograr beneficios de salud óptimos. En particular, la categoría «actividad física, descanso y hábitos sociales y convivencia» se asoció con un menor riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
Consejos para Adoptar un Estilo de Vida Mediterráneo
Para aquellos interesados en adoptar un estilo de vida mediterráneo, no se trata solo de cambiar los alimentos que consumimos, sino de adoptar una perspectiva más amplia sobre el bienestar. Esto incluye:
- Dieta: Prioriza frutas, verduras y granos enteros.
- Hábitos Alimenticios: Limita la sal y los azúcares añadidos.
- Descanso: Asegúrate de tener un sueño de calidad y considera incorporar siestas cortas.
- Actividad Física: Encuentra formas de moverte todos los días.
- Socialización: Pasa tiempo con amigos y seres queridos.
Estos hallazgos, publicados en Mayo Clinic Proceedings, resaltan la universalidad y aplicabilidad del estilo de vida mediterráneo, independientemente del contexto cultural.
Enlace al estudio completo: Mayo Clinic Proceedings