Inicio Salud Deportiva ¿Qué es el IMC y cuáles son los valores indicados según tu edad?

¿Qué es el IMC y cuáles son los valores indicados según tu edad?

por Pablo Caño
Medir IMC

El IMC (Índice de Masa Corporal) es el valor matemático que indica la composición corporal de toda persona. La OMS (Organización Mundial de la Salud) lo adoptó como método oficial y estándar para calcular e incluso diagnosticar los niveles de sobrepeso y obesidad entre la población.

El IMC se obtiene mediante un cálculo matemático que divide el peso/masa del individuo por su altura al cuadrado. Hay que tener presente que esta cifra no nos permitirá saber cuál es la cantidad específica de grasa que tiene una persona, sino su nivel de delgadez, peso normal u obesidad.

IMC = Masa (kg) / Estatura (m)

Valores IMC

Para interpretar las cifras, el estadista y matemático belga Adolphe Quételet, autor del IMC, estableció unos baremos en los que encajar cada resultado. Estos se pensaron para personas de entre 20 y 68 años de edad. No obstante, estos números no son fijos e iguales para todo el mundo pues para interpretarlos hay que tener en cuenta el sexo, la edad y la actividad física.

En relación a esto, con el paso del tiempo y el uso de esta técnica, algunos expertos completaron la primera tabla de Quételet con dos más. Si bien la primera, la original del estadista, se centra en personas adultas, las otras dos van enfocadas a niños y ancianos. De esta manera, los resultados pueden ir un poco más “personificados”, personalizados en función de cada individuo. A continuación os presentamos las tablas:

IMC en niños

Tabla de valores en niños y adolescentes:

  • Menos de 10%: delgadez
  • Entre 15% y 85%: composición normal
  • Entre 85% y 95%: sobrepeso
  • Más de 95%: obesidad

IMC en adultos

Tabla de valores para adultos (creada por Quételet):

  • Menos de 16%: delgadez severa
  • Entre 16% y 18,50%: delgadez moderada
  • Entre 18,50% y 24,99%: composición normal
  • Entre 25% a 29,99%: sobrepeso
  • Más de 30%: obesidad

Tabla de valores para ancianos:

  • Menos de 21,9%: delgadez
  • Entre 22% y 27%: composición normal
  • Entre 27,1% y 30%: sobrepeso
  • Más de 30,1%: obesidad

Resultados

Como podemos observar, los resultados del IMC son muy relativos y variables. La constitución y composición corporal de un adulto masculino o femenino no puede ser estudiada de la misma manera que la de un niño o una niña, por ejemplo. Y lo mismo sucede con deportistas de élite, atletas o personas inválidas, este cálculo tampoco debe ser interpretado de la misma manera.

Los datos son muy relativos porque puedes tener un peso considerable y estar perfecto a nivel físico y al revés, tener poco peso, pero que prevalezca la grasa

La razón viene ligada tanto a la actividad física, al estado metabólico basal y a la cantidad de tejido muscular y graso presente en un cuerpo. En otras palabras y como muchos de nosotros ya sabemos, hay mucha diferencia entre 4 kg de masa muscular y 4 kg de grasa, ¿verdad? Y aquí reside uno de los contras del IMC.

No es infalible

A partir de los años 80, el cálculo del IMC alcanzó su punto máximo de popularidad ya que era una forma sencilla y rápida de calcular el grado de gordura de las personas. Sin embargo, los avances en medicina y dietética han observado que el uso del IMC debe ser complementario y no tomarse como una verdad absoluta.

La primera muestra de ello fue la adhesión de las dos tablas que hemos visto hace un momento, pero hay mucho más. El cálculo del IMC no es capaz de tener en cuenta muchas otras variables importantes para determinar si esa delgadez u obesidad es sana para el individuo a estudio. Es decir, una persona puede presentar un elevado IMC pero tener un buen nivel de azúcar y de tensión en sangre.

¿Cómo aplicar el IMC al running?

Muchos de nosotros hemos empezado en esto del running con el objetivo de adelgazar y quitarnos esos famosos “kilos de más”. Sin importar la técnica o nuestra condición física, lo que queríamos era movernos para activar nuestro cuerpo y perder peso. Corríamos para adelgazar.

Sin embargo, la experiencia nos ha ido enseñando y nos ha dado una valiosa lección: la condición física es muy importante para cualquier deportista, incluido el corredor. He aquí la relación, el punto de encuentro entre el IMC y el running. En definitiva, adelgacemos para correr.

Todos nosotros debemos tener en cuenta que el peso influye no sólo en nuestra resistencia, también en el estado de nuestras articulaciones y otros aspectos durante la carrera. Si bien la técnica es importante, por supuesto, en este punto ella no incide tanto como los kilogramos en sí.

Para entendernos, una persona con sobrepeso u obesa fuerza más sus articulaciones durante su día a día ya que deben soportar más peso. Esto implica que estas articulaciones sean más sensibles y propensas a daños durante una carrera, sea cual sea la intensidad de la misma. Y no sólo eso, la velocidad de una persona más delgada también es mayor, por eso obtendrá mejores marcas.

En definitiva, un IMC bajo o moderado nos permitirá tener una mejor condición física, más resistencia y mejores marcas de carrera. Asimismo, nos adaptaremos más fácilmente a condiciones extremas.

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